La violencia no es universal, no está simétricamente distribuida a través de la raza humana. Existe una enorme variación en la cantidad de violencia en las diferentes sociedades, algunas prácticamente no tienen violencia, mientras que hay otras que se destruyen a si mismas.
Algunas sociedades, como los grupos religiosos anabaptistas, por citar un ejemplo, son completa y estrictamente pacifistas, e incluso en algunas de sus comunidades, no se han registrado jamás casos de homicidios. En nuestras grandes guerras, como en la segunda guerra mundial, mientras muchas personas estaban siendo reclutadas, ellos se negaban a servir en el ejército, preferían ir a prisión, en lugar de servir en el ejército.
Richard Wilkinson, profesor emérito de epidemiología social de la Universidad de Nottingham, explica:
"Existen indicios de que las primeras sociedades de cazadores y recolectores, parecen haber sido muy igualitarias, basándose, por ejemplo, en compartir alimentos e intercambiar regalos, eran pequeños grupos de personas viviendo mayormente de la búsqueda de alimentos", "[...] pero también disfrutando de beneficios como el hogar y la familia, en un entorno social en donde no hay gran cosa en términos de posesión material. En este entorno existe menos violencia, la violencia grupal organizada no es algo que ocurriera en ese momento de la historia humana, y eso parece estar bastante claro, así que, ¿dónde nos equivocamos?" concluye el Dr. Robert Sapolsky, profesor de ciencias neuorológicas de la Universidad de Stanford,
Muchos antropólogos, psicólogos y sociólogos, han defendido desde siempre la hipótesis de que la violencia es inherente al ser humano, por el hecho de que por donde miremos, existe maldad, y con esta afirmación de personas tan respetables, sólo hay una cosa que hacer: creerla. Al creer que la violencia es inevitable y que está genéticamente arraigada al ser humano, nos liberamos muy fácilmente del sentimiento de culpa por nuestros propios actos. ¿Quien rechaza una teoría que nos libera de toda responsabilidad?, entonces tenemos así pues "la explicación que lo explica todo."
Estamos bien adaptados a la equivocada afirmación de que, "la guerra, que es un producto de la violencia y el deseo de poder, está generada por los instintos agresivos de la psicología humana."
Nada mas falso. Estamos de acuerdo en que las guerras son generadas por grupos con fines específicos, disparada por conflictos inventados por gente adinerada que quiere ser mas adinerada y poderosa, pero no porque seamos víctimas inevitables de un instinto violento. Si usted va a la casa de las personas que crean, dirigen y orquestan las guerras, verá que muy rara vez son personas violentas, muy por el contrario, le invitarán a pasar, a sentarse a su mesa, tal vez le brinden una buena cena y conversarán con usted de forma educada. Son personas inmorales si, egoístas si, pero rara, muy rara vez, violentas.
La violencia de la guerra existe en el campo de batalla, y es llevada a cabo básicamente por dos clases de personas: hombres que han sido entrenados en cuerpos armados para cometer actos de violencia, donde han sido adoctrinados con una gama de falsos principios que justifican dichos actos, o llevada a cabo por hombres que se ven obligados a ser violentos para proteger sus vidas, sus bienes, familias, tierras, cultura, etc. En ambos casos los valores han sido socavados, están corrompidos, son personas psicológicamente afectadas, y su naturaleza pacífica ha sido forzosa y calculadamente destruida.
El Dr. James Gilligan, ex director del Centro para el Estudio de la Violencia, en la escuela de medicina de Harvard, lleva mas de 40 años trabajando con las personas más violentas que nuestra sociedad produce, asesinos, violadores y demás, y en un intento por entender qué causa esta violencia, descubrió que los más violentos criminales que albergan nuestras prisiones, habían sido ellos mismos víctimas de alguna forma de maltrato infantil. El Dr. Gilligan dice:
"[...] un grado de maltrato infantil que estaba más allá de una escala que jamás pensé que podríamos acuñar al término de "abuso infantil". No tenía ni idea de la profundidad de la depravación con la que los niños en nuestra sociedad son tratados con demasiada frecuencia."
"En Nueva Zelanda, existe un estudio realizado en un pueblo llamado Dunedin, en donde unos cuantos miles de individuos fueron estudiados desde su nacimiento hasta entrados los 20 años, lo que encontraron fue que pudieron identificar una mutación genética, un gen anormal que estaba relacionado con la predisposición a cometer actos de violencia, pero sólo si en su infancia el individuo también había sido víctima de abusos. En otras palabras, un niño con un gen anormal, no sería mas propenso a ser violento que otros, y de hecho, tenían una tasa de cometer violencia mas baja que las personas con genes normales, siempre que no fueran maltratados de niños...", explica el Dr. Gilligan.
Una razón por la que la hipótesis biológica de la violencia es potencialmente peligrosa, es porque no solo induce al error, sino que puede hacer daño, porque si crees eso, entonces podrías decir fácilmente
"bueno, no hay nada que podamos hacer para cambiar la predisposición biológica que tienen las personas para volverse violentas, todo lo que podemos hacer si alguien se vuelve violento, es castigarle, encerrarle o ejecutarle, pero no necesitamos preocuparnos por cambiar el entorno social o las condiciones sociales previas que pueden llevar a las personas a volverse violentas, porque eso es irrelevante, así somos".
Muchísimos estudios apoyan el hecho de que no nacemos con tendencias violentas, sino que nuestro entorno juega un papel decisivo. El disparador de la violencia, es frecuentemente el sentimiento de menosprecio y la falta de respeto en una sociedad, y es por esto que la violencia es mas común en las sociedades más desiguales, donde abundan personas sintiéndose profundamente menospreciadas. La desigualdad es divisiva y socialmente corrosiva.
Hablando exclusivamente en términos de prevención de la violencia social, si hubiera un principio que pudiera enfatizar, sería este: el principio más importante subyacente en la prevención de la violencia, es la igualdad. El factor individual más significativo que afecta a la tasa de violencia, es el grado de igualdad frente al grado de desigualdad en esa sociedad.
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Fuentes y temas relacionados:
- Dr. James Gilligan, ex director del Centro para el Estudio de la Violencia, en la escuela de medicina de Harvard.
- Dr. Robert Sapolsky, profesor de ciencias neuorológicas de la Universidad de Stanford.
- Richard Wilkinson, profesor emérito de epidemiología social de la Universidad de Nottingham